Ahora sigo mí día a día. Fluyendo sin forzar las
cosas, yendo a mi ritmo, moviéndome en mi propio espacio-tiempo existencial.
Estando en la sociedad pero al mismo tiempo alejado, distante, indiferente a la
misma. Me la sudan sus premios y sus castigos, sus moralidades e ideologías
baratas, sus arquetipos y entelequias fagocitantes…
Yo me sostengo a mí mismo, más autárquico que nunca, morando en mi propio Sí-Mismo...
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