Aunque
notes el peso de la gravedad, la pesada carga de los arquetipos, de las
manipulaciones acometidas en el astral, continúa hacia adelante en tu
propósito, avanza en tu camino, no
caigas en la confusión que te van a insuflar, en la bruma que provocarán en tu
mente y percepción de las cosas. Cuáles neblinosos chemtrails,
así esparcirán sobre ti su toxicidad emocional, delineando sus líneas de tiempo a las que insidiosamente
te pretenden meter.
Constantemente
te ponen palos en las ruedas, te salen obstáculos de la nada, te hacen la
zancadilla para que nunca llegues a la meta de vivir tu propia vida sin los condicionamientos de la familia, de la
escuela, del sistema de valores y creencias que la sociedad y la cultura en la
que estás insertado te inocula, para convertirte en una mera pieza de su amorfo
e insustancial engranaje.
¿Qué
hacer para liberarse de esas
constricciones, de esos impedimentos y dificultades que emergen a cada paso?
Pues nada, solamente ignorarlos y, si
acaso, aprender de ellos y que, en la medida de lo posible, los puedas utilizar como un impulso para construir
tu vida, como un combustible propulsor para proseguir en tu sendero existencial
y hacerte cada más autónomo, más desapegado, resistente y autárquico respecto a la opresiva dependencia a la que te abocan
los enganches y adicciones compulsivas de esta simulación matricial…
Es
un juego que tiene lugar en tu
interior: rompiendo ataduras psíquicas, cortando lazos que te atan a la
identificación con tu avatar, desligándote del anclaje del personaje artificial
que te han designado para ser funcional y servir de alimento a esta
tridimensionalidad virtual.
Tú
sigue a lo tuyo, sin dar mucho
pábulo, nada más que lo justo y necesario, a tus pensamientos y sentimientos, y
menos aún, al circo social-mediático externo montado para tenerte distraído. Percibe
esta experiencia de la vida como algo pasajero, de paso, anecdótico, como un antropólogo en tribu ajena, como un
huésped en un hotel-manicomio cuya estadía tiene un fin y es temporal, confiando
en que pronto retornarás a tu hogar.
Actúa sin autoengaños de ningún tipo y ve lo real tal cuál es, entonces zafarás prácticamente de todo, y de lo
que no, pues serás indiferente, te la repampinflará.
Esa es la actitud.
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