Por mucho que te apriete, suelta. Por mucho que
te estreche, ensancha. Por mucho que te
atenace, relaja. Aunque todos los argumentos de lo externo te atrapen y te
aprisionen, siempre hay espacio para tu propia interioridad. Haz un cerco
amurallado e inquebrantable en tu interior, un espacio impenetrable, férreo,
sellado, totalmente ajeno a la vorágine del mundo moderno. Elévate por encima
de la mezquindad y la crueldad circundante. Permanece
en la Sólida Cima de tu Espíritu. Contempla como las situaciones, personas
y aconteceres de este mundo fenoménico son perecederas, caducas, pasajeras,
fútiles; son sueños ilusorios que se evaporan como el agua en un yermo
desierto. Todo pasará, nada importa nada...
El
péndulo de tu alma te encamina continuamente hacia su espiral de dualidad,
sumiéndote en su tensión dramática, en sus euforias, en sus depresiones, en sus
placeres, en sus dolores, en sus diversiones, en sus sufrimientos… Simplemente
ejecutas un programa que han insertado en tu mente: sigues patrones
prefabricados, conductas pre-configuradas de antemano, pensamientos e ideas inoculadas
por parásitos que se aprovechan de la energía vital que emanas…
Por
todos los medios, intentan que caigas, que cedas, que te rindas, que
claudiques; te presionan y azuzan hasta que entres en su estrecho molde
estandarizado. Quieren que la infinitud
se acomode a lo finito. Desean que Eros sucumba ante Tánatos... ¿Acaso
dejarás que esto suceda? ¡Nunca, eso Jamás!
Por
más golpes que recibas, siempre te Mantendrás de Pie; resistiendo, te
sostendrás en ti mismo, con tus Convicciones y Objetivos, con tus Metas y
Valores. El Honor ante la cobardía, la Lealtad ante la traición, la Verdad ante
la mentira, la Justicia ante la impunidad, la Virtud ante la debilidad, la
Voluntad ante la holgazanería, la Dignidad ante la humillación, la Soberanía
ante la servidumbre, la Autarquía ante la dependencia, la Libertad ante la
esclavitud, la Sacralidad ante lo banal, la Nobleza ante la bajeza: el Espíritu
ante la materia.
Estoicismo
y Voluntad. Sobriedad y Entereza. Firmeza y Valentía. Impecabilidad y Trascendencia.
Solo cuando Manifiestas la
Integridad Absoluta de tu Espíritu, ERES TÚ.