¿Quién
dice que despertar de tu letargo sea un camino de rosas? Claro que cada vez
tienes un nivel de compresión mucho más profundo, amplio, holístico y
abarcador... ¿Pero qué papel juega tu sombra
en todo este proceso? Por mucho que la
quieras obviar, saldrá a flote con mucha más virulencia y explosividad. No huyas ni escapes de ella; te perseguirá
allá por donde vayas. Permite que se presente y que se exprese delante de
tus narices. Sí, es algo insoportable, agotador y angustiante percibir que todo
eso que ves a tu alrededor, lo estás creando tú, pero si, en realidad, deseas
ser enteramente tú, primero, has de
vaciarte de lo que no eres.
Todos
los programas, patrones, conductas, creencias o automatismos inconscientes que
sin darte cuenta has ido sembrando durante años, emergerán de forma densificada
en tu realidad para que los hagas conscientes, para que brindes luz a toda la
oscuridad que habita dentro de ti; la misma que siempre niegas y que, peor aún,
siempre reprimes. ¿Ahora te das cuenta de por qué se te repite constantemente
la misma historia una y otra vez? ¿Entiendes que echar la culpa a los demás y
al mundo no sirve absolutamente para nada excepto para que tu sombra te carcoma
cada vez más y más?
En
efecto, no es fácil aceptar que toda esa violencia, ruindad, crueldad y
voracidad tanática la llevas incrustada en ti y que la has estado utilizando cada
minuto de tu vida durante todo este tiempo… No te reniegues ni rechaces lo que
te está ocurriendo: abrázalo con amor,
acéptalo con comprensión e intégralo en ti para sanar todo aquello que te
hace daño y que, realmente, no te pertenece. Vacíate de las escuetas posturas
de binarización limitada que ha puesto el otro en ti y complétate como un Ser Total, con su esfera de luz y su
esfera de sombra, imbricadas ambas en un Todo
superior, íntegro y sólidamente trascendente.
No
te juzgues: no eres ni bueno ni malo, ni superior ni inferior, ni correcto ni
incorrecto, ni de un lado ni del otro… Tú
eres Todo y al mismo tiempo Nada… estás más allá de la ilusión quimérica de
opuestos, de la presión arquetípica de los polos binarios, del patrón hipnótico
de la estrecha dualidad que te ancla en la materialidad más recalcitrante y que
te impide salir, cuál rayo fulgurante, del Laberinto
en Espiral que embrolla tu psique…
Soporta
la tensión de opuestos en ti y sublima su energía para tu propio crecimiento interior: Que no te ciegue
ni la claridad del día ni la oscuridad de la noche; que no te deslumbre la Luz
ni te nuble la oscuridad. Encuentra un
equilibrio en ti, una alquimia esencial, un prisma con tu propia tonalidad
Original.
Ni
Luz ni Sombra, las Dos y Más allá: La
Terceridad.