A veces parece que todo va en contra tuya. Hay momentos en los que el
universo te prueba y no queda otra que dar el callo y estar a la altura de
las circunstancias. En esos momentos, la vida parece un mar embravecido y
una ola tras otra van sacudiendo la aparente tranquilidad que pensabas que tenías…
Pero, tenlo claro, aquí en este plano la calma es para muy pocos… ¿Tú eres
uno de ellos?
Aquí estamos en este mundo que parece un parque de atracciones, una
montaña rusa que sube y baja sin parar, a veces boca arriba y otras boca abajo,
si no te adaptas, pierdes y encima te toca iniciar el juego de nuevo desde la
casilla de salida.
Si quieres avanzar en el juego de la vida cuando la cosa se pone
difícil haz lo siguiente: no fuerces las cosas, fluye con esa turbulenta
corriente hasta que amaine el temporal: acción sin acción,
aprovecha los vaivenes de la vida para ir remodelándote, redefiniéndote, para
ir reconduciéndote hacia tu propio objetivo.
Muchas veces cuando estamos estancados o nos conformamos en exceso hasta el
punto de aborregarnos y dormirnos en los laureles, la inclinación natural hacia
nuestro Ser nos hace zarandearnos fuertemente para que espabilemos y
despertemos de nuestro letargo, para que fijemos nuestra atención en el
presente y avancemos en nuestro camino espiritual un paso más…
Así que no te lamentes si estás pasando por una situación complicada, es
solamente un empujón que te da la vida para que
te conectes contigo mismo y vivas una vida más auténtica…
Acepta el desafío, pues, agárrate firmemente a tu tabla y ¡a surfear la
ola!