Prevaleceremos, no queda otra.
El fin del tiempo se acelera, la fagocitación cósmica muestra sus garras, abre
sus fauces, dispuesta a engullir todo lo que encuentra a su paso para
convertirlo en una nada evanescente, en un polvo vaporoso, disolvente, licuado,
que se evaporará en un sueño jamás soñado, en una ficción nunca desplegada, en
un argumento que devendrá a su término conclusivo y que se olvidará sin pena ni
gloria en la noche de los tiempos…
Pero
nosotros aquí Somos y Estamos,
plantados firmemente frente a la disolución, frente a la apisonadora del
manvantara engullidor de eras; nosotros nos posicionamos por encima y en
contra: fuertes, decididos, duros, férreos, con nuestro cuerpo espiritual, con nuestro espíritu
corpóreo que traspasará los límites condicionantes de las formas, que
superará todo encaje arquetípico doblegando, con su olímpica presencia, todo
designio mecánico-automático del infernos…
Nos
levantamos y manifestamos nuestra Luz Increada, nuestra Naturaleza Rúnica,
Sidérea, Krística; Renacemos en
nuestro Fuego, en las gélidas llamas de nuestro Espíritu, que es Eterno,
Incondicionado, Liberado de la contingencia y del devenir fenoménico... Nos
posicionamos en lo Inmutable, en lo Inamovible, en lo pétreamente Invicto,
fieles a nuestro Linaje, a nuestra Patria Original, plasmaremos el Fulgor
Incandescente en este plano, porque no somos de este mundo, pero lo haremos
nuestro, plantaremos nuestra Enseña, nuestra Marca, nuestra Semilla que brotará hacia lo más alto de las álgidas
cumbres y se arraigará en lo profundo de la tierra, impregnando todo espacio repleto
de vitalidad, de áurea fertilidad, de fecundos frutos de imperecedera cualidad…
Conquistaremos
el Cielo y el Suelo, totalizaremos todo el cosmos que pisemos, porqué allá
donde nos encontremos, siempre Portaremos la Luz del Espíritu, la Antorcha
Perenne, la Regia Inmortalidad de la Victoria Eterna…