El
camino lo ves, está claro, nítido, totalmente dispuesto a ser andado por ti. No
existe en la vista opaca de los demás; en la tuya sí: es una materialización
diáfana, cristalina, pura, realidad tangible y asible por el Deseo de Ser Tú. Más allá de las cuatro paredes que encierra la
percepción, una Luz abrasiva las derrumba sin contemplaciones, derrite su
ilusión, desvanece la entrecortada canción, la virtualidad espectral que
circunda la espiralada nebulosa de llantos y sufrimientos de milenios...
Altibajos
constantes, pendiendo siempre de un hilo, a veces en el anverso, otras en el
reverso. Una línea imperceptible discierne los elementos, fingidos en una cruz,
superados en un Rostro.
Humeante
entorno que al mínimo toque se disipa. Desnudo viaje, sin protección ni
previsión posible…
Lanzados al destino, la Voluntad
está aún por Crear…