Confinado
en tu propia cárcel donde las paredes se estrechan más y más…No sucumbas al
desaliento, a la tediosa espera, a la inactiva esperanza, al huidizo temblor de
una imaginación destructiva, delirante, tanática, que todo lo reduce a cenizas…
Obsesiones, automatismos, paranoias por doquier azuzan como agujas, como una gota que incesantemente cae en un mismo
punto: lento pasar del tiempo, un espacio reduciéndose al extremo, un horizonte
crepuscular, ambiente asfixiante, un gradual disipar, una solidez a punto de
evaporar…
¿Dónde
encontrar algo de Luz? ¿Dónde respirar algo de aire fresco? ¿Dónde oler la
fragancia floral de un Nuevo Amanecer Primaveral…? Si no tienes jardín, lábralo
dentro de ti, invéntalo, créalo, hazlo Existir en tu Realidad, Genera tu Propio Paraíso, cultívalo,
germínalo, tócalo, camina por sus senderos, siente la Vitalidad que desprende su
Verde Floresta, su Jovial Fertilidad, su Prosperidad Abundante, apacíguate
entre sus árboles, báñate en sus briosos riachuelos, salta, ríe, baila, que los
Rayos del Sol impregnen tu tez…
Llénate
de Color, de Vida, de Potencia; con brío y fecunda pujanza Arráigate en ese Propio
Paraíso Inexpugnable, que es tuyo y de
nadie más, que es infranqueable e inabordable para los demás, porque solo
tú tienes la clave de acceso, la
llave para penetrar en sus Insondables Misterios, en sus Aguas Celestes, Cristalinas y Límpidas, en su Aroma Primordial, en su Elixir Eterno cuya posesión te hará Inafectable, Invulnerable, Intocado
ante las circunstancias cambiantes de lo externo, porque la muerte, lo
degradado y fútil ya no tendrá ningún efecto sobre una Voluntad Incondicionada, Concebida a Sí Misma, Original, que se Rige por sus Propias Leyes, por la Energía
Infinita de su Propio Kosmos, que Destila Ambrosía Divina en todos sus Actos, Disfrutando
a cada Paso, Regocijándose en su Propio Caminar, Moviéndose a su Propio Ritmo, en
su Modo Singular, Individuándose, Hallándose
a Sí-Mismo en el Propio Jardín de los Frutos Eternos de la Inmortalidad…