Cuando te caiga encima un torrencial chaparrón, aguanta estoicamente. Ni paraguas ni chubasquero: siente su virulencia, a pelo, a flor de piel, que te empape su furibundo tacto…
No emitas palabra alguna, escucha en prístino silencio el punzante aguacero sobre tus hombros; si los acontecimientos se desatan y la espiral te envuelve en su halo de infinitud destrucción, súbete a su ola y surfea por ella… Te lanzará de roca a roca, te zarandeará de un lado hacia el otro, quedarás en medio de harapos, pero tú te mantendrás Entero, Intacto, Fiel a ti mismo; siempre en tu centro, en tu punto central, con la entereza y vigorosa firmeza de un Faro Luminoso que se eleva más allá de las negras nubes…
Serénate, ya capeará el temporal y saldrá el radiante sol: todo en esta vida pasa de largo, nada aprieta, ni siquiera ahoga si tú no estás dispuesto a que sea así…
Yérguete y alza el mentón hacia arriba. Abre las manos y abre la boca: Aliméntate de esa agua tormentosa que pareciera muerte, pero que en realidad es Pura Vida… Cuando llegue la época de sequía, te ayudará a no deshidratarte...
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