El
Sendero Solitario donde cada quién te percibe con su filtro mental, con su
prisma sensorial: unos te llamarán loco, otros raro, éstos “poco listo”,
aquellos un genio, los de más allá “de otra época”, los de más acá un
ejemplo de lo que hay o no que hacer,
los de ni se sabe dónde un extraterrestre… Hay calificativos para todos los gustos y colores, cartelera para todos
los públicos.
Mil
y una máscaras que no hacen más que dividir tu energía, que fragmentar tu unidad,
que compartimentar tu totalidad. No caigas en la trampa de depender de la
aprobación ajena ni de querer encajar en el encorsetado, superfluo y volátil
no-criterio de la masa. ¡Desidentifícate de cualquier creencia estanca e imagen
prefijada que tengas de ti mismo!
Tu
verdadera esencia va mucho más allá de tu apariencia física y mental, del
distorsionado reflejo que ves e interpretas en el espejo. Trasciende los
límites de tu prisión física, mental y emocional. Escarba la cáscara
superficial que te envuelve y adéntrate en tu interior, ahonda en las
profundidades de lo invisible, conócete auténticamente a ti mismo y descubre la
perla autoiluminada que brilla
intocada en lo más recóndito de ti, que mora como luminaria eternamente
incandescente más allá de las brumas soporíferas del sueño vigílico y onírico,
de la sucesión hipnótica de los días y las noches, del periplo inacabable de primaveras
e inviernos, del ciclo sin fin de vidas y muertes…
Un Sendero Infinito de múltiples aristas pero de una sola dirección: el regreso a
lo incondicionado, a lo inmanifestado, a lo increado: tu Propio Origen, tu SER.
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