¿Por qué tanta toxicidad en
tus palabras? ¿No ves que así vuelves tu vida pútrida y maloliente? Tu olfato
ya no siente ni el más mínimo olor del frescor primaveral de un amanecer; solo
te mueves en percepciones lóbregas y crepusculares de tu insulsa vida. ¿Nunca
te has preguntado cuál es el motivo por el que tu vida es una absoluta miseria
y la de los demás es riqueza y prosperidad? ¡Si no lo has hecho comienza ya a
hacerlo! La diferencia está en tu propia actitud existencial ante los retos,
desafíos y propósitos vitales a los que has de hacer frente; si te quedas
apoquinado, achicopalado, cobarde y temeroso: ¡serás un pobre por siempre! Pero, por el contrario, si persigues la victoria sobre ti mismo, te sentirás un
triunfador que ha venido a este mundo a emprender gestas y hazañas heroicas y
grandiosas: ten seguro que atraerás un universo de expansión ilimitada y
prosperidad.
Para ello tienes que cambiar tu
percepción ante las situaciones que se te presentan, revolucionar tu
cosmovisión de la existencia y romper con los paradigmas que te han inculcado
desde pequeño. ¡Se terminó la vieja era
en la que te plegabas a los intereses del otro! Ahora tú eres el dueño de tu
propia vida; tú eliges qué acción acometer a cada momento; a medida que piensas,
hablas, sientes y tomas decisiones para materializar resultados, estás
generando tu propia realidad. Ya has probado durante muchos años vivir la vida
de otro ¿verdad? ¿Y cuál ha sido el
resultado? ¡Mira tu vida ahora mismo y lo comprobarás! Podredumbre,
inutilidad, obediencia, esclavitud, sumisión, enajenación, victimismo, fobias,
conformismo, vulgaridad, inautenticidad… ¿Quieres seguir así? ¡Es momento de
cambiar! Pero no caigas en la trampa de buscar culpables afuera o justificar lo
existente por un karma moralista y pseudo-justiciero (eso son bagatelas mentales para mantenerte
distraído), más bien, adéntrate en ti y busca las causas profundas que te hacen
actuar como lo estás haciendo… ¿Quieres una buena noticia? Si te conoces a ti mismo, puedes cambiar quién
eres, renacer a cada instante, extirpar de ti todo lo que el otro ha puesto en
ti y transmutar cada célula de tu cuerpo en brillo, luz y éxtasis, es decir, en
el reflejo ígneo de tu espíritu.
Pero eso no puede quedar solo
para ti, compártelo con tus semejantes, que vean tu luz y ellos mismos en su
propio reflejo, a través de ti, que enciendan su incandescencia propia. Así es como comienza y se acrecienta el
circuito de retroalimentación espiritual en el colectivo humano: ¡Hagamos
consciente todo lo inconsciente que está en nosotros! Liberémonos del
miedo y del sentimiento de escasez para vibrar, por fin, en la
frecuencia del Valor y la Prosperidad existencial. Seamos
conciencia, responsabilidad, creatividad y originalidad.
Nada nos falta: ¡TODO NOS SOBRA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario