En
un mundo tan desolado como el de hoy, todo se torna en duda, vacilación,
relativismo desmedido, titubeo y opinión manipulada. ¿Cómo nos situamos ante
eso? La influencia mediática y adoctrinadora del aparato de dominación es tan
vasta y poderosa que solo nos queda replegarnos en nuestro interior para
resistir ese asedio continuo; pero justo ahí está nuestra baza: construir una fortaleza interna en la que no
traspase nada del exterior.
A
cada instante, nuestra existencia es violada
por el ataque constante y brutal de las fuerzas estandarizadoras e
institucionales del sistema. Su única misión es sumergirnos en su caos controlado para que vivamos en la
incertidumbre y en la perplejidad de la incomprensión de sus mecanismos
invisibles de sometimiento; somos constantemente llevados como hojas moribundas
que se arrastran en un mundo ideado por otro… ¿Nosotros pintamos algo en esta
creación de realidad o simplemente somos actores que interpretan un guión
prediseñado de antemano?
La respuesta únicamente depende de nosotros.
Si seguimos como hasta ahora, es decir, creyéndonos los dogmas y el modelo de vida que nos dictan los paradigmas
culturales sin utilizar ningún tipo de filtro o discernimiento propio,
efectivamente, seremos vividos por
los designios del mundo externo; por el contrario, si empezamos a tomar
consciencia (y conciencia) de quiénes somos en realidad y de que nuestro caudal
vital surge de nuestra propia Voluntad pétrea e infinita, quizás comenzaremos a
cambiar nuestra percepción de nosotros mismos y con ello, inexcusablemente, de
toda esta realidad ficticia que todos alimentamos a diario con el
desbordamiento continuo de nuestras ínferas pasiones, miedos, traumas y
obsesiones autodestructivas propias de reptiloides-tanáticos
acomplejados.
Dejemos
ya de reproducir esta dinámica de escasez-miedo-supervivencia;
parémonos a pensar cuáles son las intenciones con las que acometemos nuestros
actos cotidianos y no nutramos más a nuestro componente animalesco, gregario y
manipulablemente servil. Miremos hacia lo
alto y reconquistemos lo sagrado que habita dentro de nosotros; ya no hay
tiempo que perder: Hagamos brillar la refulgencia ígnea de nuestra naturaleza
divina. En efecto, probemos a retirar
nuestra atención de todo aquello que proviene del exterior y centrémosla en
nuestro interior, en nosotros; sigamos nuestra intuición y encontraremos las certezas que ya llevamos en
nuestro recuerdo primordial.
Ha
llegado el momento de regirnos por nuestros propios códigos, convicciones y
valores. No permitamos que nadie nos diga cómo ha de ser nuestra existencia.
Encaminémonos hacia lo auténtico y desechemos lo inauténtico: no cedamos a los cantos de sirena que evocan el eco de
los sortilegios y ardides demiúrgicos de este mundo.
Acallemos
de una vez nuestra personalidad artificial teledirigida y combatámosla a través
de su integración en nosotros; que sirva a nuestros propósitos superiores. Así
es, superemos nuestras limitaciones
impostadas, rasguemos el velo de maya y cortemos los nudos que nos asfixian en el
aletargado hipnotismo del materialismo embrutecedor y mediocrizante de esta
realidad.
Ha llegado la hora de tomar la
responsabilidad de nuestras vidas, conducirlas con nuestro timón y encarrilarlas
hacia donde nuestra Voluntad Soberana nos dicte. Ya nos hemos cansado de vivir en territorio
ajeno, ahora es nuestro: hagamos de nuestro planeta, nuestra casa, y en nuestra
casa ¡NUESTRAS NORMAS!
¿A
que esperamos? ¡No hay tiempo que perder!
Construyamos un mundo a imagen y semejanza de nuestro paraíso particular, no al
del “paraíso” de nadie. No
nos dejemos llevar por la falsa apariencia de esta realidad. En nosotros, y
sólo en nosotros, están las certezas: nuestro
origen.
No
deleguemos en lo externo lo que hemos de hacer nosotros mismos en lo interno;
acuérdate: SI DEBES, PUEDES.
"Ha llegado el momento de regirnos por nuestros propios códigos, convicciones y valores. No permitamos que nadie nos diga cómo ha de ser nuestra existencia"...Sin duda que leerte me libera y expande mi conciencia. Mil gracias por compartir tan valiosa información. Eres un alma adelantada en el tiempo.
ResponderEliminarMuchísimas Gracias a ti por tus palabras.
EliminarUn saludo.