Qué ridículo es que se imponga la educación en una
lengua extranjera –inglés– cuando su finalidad no es aprender dicho idioma,
sino dar contenidos básicos que se deberían de dar en la lengua nativa, es
decir: en español. A este respecto nos surgen ciertas cuestiones: ¿Por qué en
los colegios se equipara al mismo nivel el castellano que el inglés y se hacen
jornadas/excursiones de inmersión lingüística en lengua inglesa en la propia
España? ¿Por qué en las aulas españolas se dan los espectáculos tan
esperpénticos de profesores sin dignidad impartiendo la totalidad de
asignaturas troncales en un ínglis chapurreado y chapucero (spanglish)?
¿Por qué se impone estudiar en una lengua foránea si los mismos chavales no
entienden correctamente ni la española? ¿Por qué los padres instan y fomentan
deliberadamente a que en las escuelas se extienda una anglomanía
globalizadora que desprecia sus propias raíces y cultura? ¿Por qué éstos se
enorgullecen al ver a sus hijos decir los números y colores en inglés y no
tanto si a éstos se les ocurre preguntar una cuestión en perfecto castellano
que pone en entredicho la coherencia y la ética de sus propias vidas?
En efecto, es un paso más hacia el proceso de
idiotización mundial en el que estamos sumidos, y en el que España, como alumno
aventajado en lacayismo, humillación, servidumbre y subordinación ante
los intereses del Nuevo Orden Mundial, no podría actuar de otra manera.
No me interesa tanto señalar a los políticos y altos
mandatarios del país, porque ya sabemos todos a quienes sirven (a los españoles
autóctonos no, claro está), sino a estos mismos españoles que han interiorizado
hasta tal punto un discurso de autonegación y denigración de sí, que les está
llevando a una autodestrucción esquizofrénica que se expresa en su idolatría
irreflexiva y fanática por todo lo que provenga del exterior, de sus
tendencias, modas y acatamientos, en especial, de “Europa”: ¿Acaso no saben que
España es Europa y lo que ellos llaman tan idealizadamente como “Europa” no es
más que la “Unión” de banqueros satánicos –elite sionista– con el
propósito de crear un estado totalitario supranacional (extranjera y no europea)
para controlar, parasitar y destruir la autentica Europa, sí, la de los
EUROPEOS, sí, incluye también a España, es decir, a todos vosotros que
estáis deseando emigrar a países “europeos” para mostrar vuestra “supuesta” e
impostada superioridad respecto a los tercermundistas, paletos y “pobrecitos”
que se quedan en este país de “muertos de hambre” (aunque esto último hay que
reconocerlo, en muchos casos no hay más opción que la de irse aunque no se
quiera, porque si España aún no es un país bananero, poco le falta).
La agenda ya está dando sus frutos. Las consecuencias
de la leyenda negra –artificialmente confeccionada y propagada por
Inglaterra ¡qué casualidad oye!– internalizada hasta el tuétano por cada
españolito medio, son más que patentes. ¿Pero es que no veis la estrategia que
utilizan las altas instancias poderhabientes para desmoralizar a los jóvenes
españoles para que emigren y así no haya fuerza combativa alguna para hacer
frente a la balcanización prefabricada de todos los países –empezando como
proyecto piloto en España– en pequeñas taifas enfrentadas entre sí para ejercer
un mayor control y dominación sobre las mini-naciones que resulten de este
proceso, y por ende, sobre las personas infrahumanas que las
habitan?
Además de todo esto, se añade la inoperatividad
voluntaria mostrada por la casta gobernante ante la entrada masiva de
inmigrantes (y los llamados “refugiados” entre los que se ha colado todo tipo
de pelaje a saber con qué intenciones…) que escapan de la miseria de sus
países, lo que conlleva el aniquilamiento de la conciencia y del sentimiento de
identidad nacional, ya menoscabado casi por completo.
Este es el panorama en España, aunque no es un caso
aislado, en los demás países europeos sucede lo mismo debido a los efectos
devastadores de la implantación sistemática y progresiva de los “protocolos” de
la agenda globalizadora, cuyo desarrollo está en un avanzado
estadio…¿Estamos a tiempo de remediarlo?
Para concluir, os dejo con unas preguntas para
reflexionar y revaluar las creencias dadas por sentado ante tales cuestiones,
dirigidas a aquellos que padezcan el síndrome hispanófobo tan propio del
español-medio que cercena y niega su propia identidad:
¿Por qué tanto desprecio a tus propias raíces
españolas? ¿Por qué ese complejo de culpa e inferioridad de los españoles ante
el mundo y, en especial, ante esa idealización distorsionada de una falsa
“Europa”? ¿De dónde nace tanto auto-odio para no considerarte ni siquiera de tu
tierra natal ni de la de tus ancestros? ¿De qué vale tanta sangre derramada
sobre tu tierra si ahora reniegas y te quieres olvidar de aquellos que han
luchado para darte una mejor vida –aquí en tu patria– que la que ellos
tuvieron? Si maldices a estos, estás maldiciendo la sangre que llevas en tus
venas, por lo tanto, si odias a España, tu tierra, te estás auto-mutilando a ti
mismo.
Deja de quejarte y de denigrar y machacar a tus compatriotas. Tú eres igual que ellos, así que si quieres cambiar las cosas, no inventes más excusas y actúa, cambia tu primero. La solución no es irte, es quedarte aquí, prepararte para lo que viene, conocer tus orígenes, quién eres tú, y luchar por tu sangre y tu tierra, lo que implica, primeramente, amarte a ti mismo ante todo.
Deja de quejarte y de denigrar y machacar a tus compatriotas. Tú eres igual que ellos, así que si quieres cambiar las cosas, no inventes más excusas y actúa, cambia tu primero. La solución no es irte, es quedarte aquí, prepararte para lo que viene, conocer tus orígenes, quién eres tú, y luchar por tu sangre y tu tierra, lo que implica, primeramente, amarte a ti mismo ante todo.
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